Los concursantes fueron obligados a permanecer despiertos durante varios días, lo que refleja la inquietante premisa de la creepypasta del Experimento del Sueño Ruso.
En 2004, el programa del Canal 4 contó con un grupo de 10 concursantes, de entre 19 y 33 años, a quienes se les dio la tarea de permanecer despiertos durante siete días para competir por un gran premio de £100.000.
Sin embargo, había una salvedad.
Para su protección, sólo se les permitía descansar una hora al día, pero no se les permitía consumir medicamentos, alcohol, drogas, aparatos electrónicos, teléfonos celulares o instrumentos musicales.
El programa británico sobre la privación del sueño, que compartía similitudes con el Experimento del sueño ruso, tuvo una duración de siete episodios y se filmó en un “laboratorio” instalado en un centro comercial abandonado. Dermot O’Leary fue el presentador.
Los participantes residían en un entorno similar al de Gran Hermano, donde estaban bajo vigilancia constante y tenían que completar con éxito evaluaciones de desempeño diarias y diversas tareas.
Cada día se seleccionaba a un participante para el desafío conocido como «Si te duermes, pierdes». Su objetivo era inducir el sueño a los concursantes haciéndoles acurrucarse con juguetes de peluche, sentarse en una habitación con calefacción e incluso mirar cómo se seca la pintura mientras están reclinados en una silla.
La prueba final consistió en una extenuante competición de sueño, en la que el individuo que permaneciera despierto durante más tiempo se llevaría el premio en metálico. Clare Southern, una joven de 19 años, salió victoriosa tras permanecer alerta durante un total de 178 horas y recibió un premio de 97.000 libras.
Algunos concursantes experimentaron efectos inusuales en su salud; uno de ellos informó haber sufrido alucinaciones graves y haber creído que era el Primer Ministro de Australia. Otro concursante consultó con los psicólogos del programa y finalmente decidió abandonarlo.
Ofcom, la autoridad reguladora y de competencia de las industrias de comunicaciones del Reino Unido, recibió 34 quejas de miembros del público preocupados por la transmisión de Shattered.
Tras un examen más detallado de “la intención detrás del programa” y de “opiniones médicas de expertos”, se concluyó que el Canal 4 no violó sus pautas de programación.
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