Chainsaw Man Parte 2: El reinado del mal humano

Chainsaw Man Parte 2: El reinado del mal humano

El reciente lanzamiento del capítulo 174 ha enfatizado aún más el tema recurrente en Chainsaw Man Parte 2 de que la humanidad es la fuente última del mal en el mundo ficticio del mangaka Tatsuki Fujimoto. Esta idea se ha explorado tanto en la serie en general como en la segunda parte en particular, pero los últimos desarrollos han solidificado este concepto.

De manera similar, si bien la primera parte de Chainsaw Man también exploró este tema, parece que la segunda parte lo lleva a mayores niveles y lo convierte en el punto central de la narrativa. El capítulo 174, junto con los capítulos anteriores de la segunda parte, enfatizan aún más la prevalencia e intensidad de este tema.

El mal de la humanidad en Chainsaw Man

La última entrega de Chainsaw Man Parte 2 demuestra de manera efectiva la inferioridad inherente de los demonios en comparación con los humanos dentro de la serie, particularmente en lo que respecta a su malicia y depravación. La escena muestra al Primer Ministro japonés y a sus asesores haciendo un trato en el que sacrifican a 10 mil niños inocentes a cambio de la erradicación del Diablo Primordial, conocido como el Diablo Envejecido. Si bien afirman estar actuando en el mejor interés de Japón, el contexto circundante implica lo contrario.

La mayoría de los funcionarios del gobierno que participan en las negociaciones del contrato son de edad avanzada. La excepción es Miki Takanashi, que parece ser el más joven, según indican sus cuatro hijos, que están incluidos en el grupo amenazado de 10 mil. Esto se puede deducir del hecho de que el Diablo del Envejecimiento limita los individuos afectados a aquellos entre la infancia y los nueve años de edad.

De la vacilación de Takanashi, como padre de niños pequeños y como el miembro más joven del grupo, se puede inferir que los demás están motivados por sus propios intereses. Esto se ve reforzado por el hecho de que el único que acepta el trato, Tadashi Hasegawa, es el mayor, el más débil y el más frágil de todos. La segunda parte de Chainsaw Man destaca que sus acciones están motivadas por el beneficio personal en lugar de la seguridad de Japón.

Esto pone de relieve el grado de depravación de la humanidad cuando se enfrenta al poder supremo y a la vida eterna. A pesar de la expectativa social de que los adultos protejan a los niños, Fujimoto revela que los líderes de Japón creen que son ellos los que merecen la salvación. Esto hace eco del acuerdo inicial de Makima con el gobierno japonés, que implicaba sacrificar civiles inocentes a cambio de su inmortalidad.

En Chainsaw Man Parte 2, hay numerosos ejemplos que refuerzan la idea de que los humanos son los verdaderos perpetradores del mal, a diferencia de los demonios. Esto se ejemplifica a través del personaje Takagi, quien inicialmente se presenta como impecable, solo para luego confesar haber tenido una aventura durante seis meses. Si bien no es tan grave como los ejemplos mencionados anteriormente, esto aún resalta el potencial de la humanidad para exhibir un comportamiento malicioso y equivocado.

La última manipulación de Denji por parte de Barem Bridge y su cruel revelación de la muerte de Nayuta, la demonio de control, es otro ejemplo poderoso. Al ser un híbrido, Barem no se diferencia de Asa Mitaka y Denji en su humanidad. Su comportamiento cruel, malévolo e injusto puede verse como un reflejo de la naturaleza humana en lugar de la naturaleza del demonio. Esto refuerza la noción de que los humanos poseen un verdadero mal, mientras que los demonios, en comparación, simplemente se consideran malos.

Como se dijo anteriormente, estos temas también son evidentes en la Parte 1, aunque en menor medida. Esto se ejemplifica con el contrato que Makima tenía con el gobierno japonés. Además, el presidente de los Estados Unidos sacrifica la esperanza de vida del pueblo estadounidense para hacer un contrato con el 20% del Diablo de las Armas lo demuestra aún más. Estos ejemplos resaltan el hecho de que hay individuos en la sociedad que están dispuestos a sacrificar las vidas y el bienestar de los demás en pos de sus propios deseos personales.

A pesar de esto, Chainsaw Man Part 2 sirve como la representación definitiva de estos temas. A lo largo de la serie, Denji experimenta una agonía constante a manos de humanos en lugar de demonios. De manera similar, se revela que los momentos más insoportables de Asa Mitaka son causados ​​por humanos en lugar de demonios. Es evidente que Fujimoto continuará utilizando diferentes personajes y desarrollos de la trama para reforzar este mensaje a medida que avanza Chainsaw Man Part 2.

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