En los últimos meses, el creador de Chainsaw Man , Tatsuki Fujimoto, ha llevado a los lectores a un intenso viaje marcado por un caos inesperado. A partir del capítulo 167, los fanáticos han sido testigos de cómo el protagonista Denji enfrenta circunstancias cada vez más extremas, alcanzando un punto álgido en el capítulo 181, donde acepta rotundamente el peso de sus acciones y contempla pasar más de mil años en penitencia.
La agitación emocional experimentada por Denji sin duda se debe a los eventos desencadenados en el capítulo 167, específicamente debido al comportamiento impactante de Yoru, que se intensificó en el capítulo 168 y culminó en el capítulo 181. Las acciones dañinas de Yoru hacia Denji se han insinuado sutilmente desde el comienzo del segundo arco del manga, conocido como la Saga de la Academia.
El personaje de Yoru en Chainsaw Man Parte 2 revela un flagrante desprecio por el consentimiento, lo que afecta profundamente a Denji.
La narrativa de Yoru en Chainsaw Man Parte 2 es preocupante, ya que constantemente muestra un descarado desprecio por el consentimiento. Ella rutinariamente ofrece el cuerpo de Asa para sacrificios que sirven a sus propias ambiciones, sin tener en cuenta el bienestar o el permiso de Asa, a pesar de ser una inquilina en el propio cuerpo de Asa.
Desde el primer momento, la falta de respeto de Yoru por el consentimiento es evidente. Aunque le presenta a Asa lo que parecen ser términos contractuales cuando ella está en su punto más vulnerable, no logra obtener genuinamente el consentimiento de Asa para revivir y habitar su cuerpo. En cambio, Yoru manipula a Asa para que piense que comparten una relación de igualdad, cuando en realidad, esto es poco más que un escenario coercitivo.
Esta dinámica prefigura implícitamente el asalto sexual y la manipulación que Yoru inflige más tarde a Denji en los capítulos 167, 168 y ahora 181, marcados por su beso no consensuado. Lo más inquietante es que cada instancia de este comportamiento sirve a sus intereses en lugar de a los propios deseos de Denji.
En los capítulos anteriores, su objetivo parece ser sacar a Denji de su desesperación para alentarlo a comprometerse con ella como Pochita. En el capítulo 181, intenta consolar a Denji con un beso, aparentemente sintiéndose arrepentida por provocar una respuesta tan triste en él. Sin embargo, estas acciones giran únicamente en torno a los deseos de Yoru, sin tener en cuenta las intenciones de Denji, lo que constituye categóricamente abuso sexual.
Esta conducta es innegablemente reprobable y, aunque esta narración se desarrolla en un paisaje ficticio, no disminuye la gravedad de los temas presentados. Las acciones de Yoru se alinean perfectamente con su caracterización como el Diablo de la Guerra, encarnando una fuerza que no conoce límites de consentimiento. La guerra exige sacrificios sin importar los sentimientos de los individuos ni las consecuencias. A pesar de la hábil narración de Fujimoto, esta representación sigue siendo indefendible.
Observaciones finales
Si bien algunos fanáticos argumentan que el abuso sexual de Denji por parte de Yoru parece abrupto, ha sido sutilmente presagiado desde el comienzo de la Parte 2. Muchos esperan presenciar a Yoru enfrentar las consecuencias de sus acciones contra Denji y las injusticias que ha infligido a Asa en su búsqueda de manipulación.
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