La cirrosis es una enfermedad hepática progresiva caracterizada por la sustitución del tejido hepático sano por tejido cicatricial, lo que altera la función hepática. A medida que avanza, pueden surgir varias complicaciones que impactan significativamente en la salud y la calidad de vida del paciente.
Este artículo explorará tres de sus complicaciones comunes: ascitis, encefalopatía hepática y sangrado por várices.
Complicaciones de la cirrosis
I. Ascitis: acumulación de líquido en el abdomen
La ascitis es la acumulación de líquido en la cavidad abdominal, como resultado del aumento de la presión dentro de los vasos sanguíneos del hígado. A medida que avanza, el tejido cicatricial impide el flujo de sangre a través del hígado, lo que provoca un aumento de la presión en la vena porta y la posterior fuga de líquido hacia el abdomen.
La ascitis puede causar distensión abdominal, aumento de peso, malestar y dificultad para respirar.
II. Encefalopatía hepática: Deterioro cognitivo debido a disfunción hepática
La encefalopatía hepática es una afección neurológica que ocurre cuando el hígado no puede desintoxicar sustancias nocivas, lo que lleva a la acumulación de toxinas en el torrente sanguíneo.
Estas toxinas, como el amoníaco, pueden afectar la función cerebral y provocar deterioro cognitivo, confusión, olvidos, cambios de personalidad y, en casos graves, coma. La encefalopatía hepática puede afectar significativamente la calidad de vida de un paciente y requiere atención médica inmediata.
tercero Sangrado varicoso: ruptura de vasos sanguíneos anormalmente agrandados
En la cirrosis, la cicatrización del hígado puede obstruir el flujo sanguíneo, lo que lleva al desarrollo de vasos sanguíneos anormalmente agrandados, llamados várices, dentro del tracto gastrointestinal. Estas várices son frágiles y propensas a romperse, lo que provoca un sangrado intenso.
El sangrado por várices es una complicación potencialmente mortal de la cirrosis, que se caracteriza por vómitos con sangre, heces negras y alquitranadas, presión arterial baja y mareos. La intervención médica inmediata es esencial para detener el sangrado y estabilizar al paciente.
Las complicaciones de la cirrosis , como la ascitis, la encefalopatía hepática y el sangrado por várices, afectan significativamente la salud y el bienestar de las personas con enfermedad hepática avanzada.
La ascitis, la acumulación de líquido en el abdomen, provoca malestar y dificultad para respirar. La encefalopatía hepática, una afección neurológica, provoca deterioro cognitivo y alteración del estado mental. El sangrado por várices, una complicación potencialmente mortal, resulta de la ruptura de vasos sanguíneos anormalmente agrandados .
El reconocimiento temprano y el manejo de estas complicaciones son cruciales para mejorar los resultados y mejorar la calidad de vida del paciente.
Las opciones de tratamiento pueden incluir diuréticos y restricción dietética de sodio para la ascitis, medicamentos para reducir los niveles de amoníaco y modificaciones dietéticas para las encefalopatías hepáticas y procedimientos endoscópicos, como la ligadura con banda o la escleroterapia, para tratar y prevenir el sangrado por várices.
Si usted o un ser querido tienen cirrosis, es esencial trabajar en estrecha colaboración con los profesionales de la salud para el control y el control regulares de estas complicaciones. La atención médica inmediata puede ayudar a aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar el pronóstico a largo plazo.
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