La cuarta temporada de Demon Slayer ya está en marcha y el arco argumental actual muestra de manera efectiva a los Hashira. Si bien este arco puede no contener tanta acción, se centra en las interacciones dinámicas entre Tanjiro y otros personajes queridos. Una de las características destacadas de esta temporada es la oportunidad para que los fanáticos aprendan sobre el pasado de los Hashira.
Cada Hashira posee un rasgo notable: un pasado doloroso. El viaje para convertirse en miembro del Demon Slayer Corps ha estado marcado por experiencias que cambiaron la vida de cada Hashira. El anime ha representado algunas de las historias de fondo más desgarradoras.
Gyomei Himejima, también conocido como Stone Hashira, posee una de las historias de fondo más trágicas de todos los personajes. En los próximos episodios, los espectadores comprenderán más profundamente su pasado y cómo llegó a convertirse en uno de los cazadores de demonios más formidables del Cuerpo.
Tenga en cuenta: este artículo contiene importantes spoilers de los capítulos del manga.
Demon Slayer: explorando la historia de fondo de Gyomei Himejima
A pesar de ser ciego, Gyomei Himejima es una Hashira formidable en la serie de anime. Su habilidad única para luchar sin ver lo distingue de los demás cazadores de demonios. Sin embargo, su pasado está marcado por un gran sufrimiento, pues fue un sacerdote que se dedicó a proteger y atender a los huérfanos dentro del templo.
El templo quemaba constantemente incienso de glicina para evitar que los demonios entraran al recinto. Además, a los niños se les prohibió aventurarse fuera de las instalaciones por la noche debido a la posible amenaza de demonios.
En un día fatídico, un joven huérfano se aventuró más allá de los terrenos del templo y se encontró cara a cara con un demonio amenazador. Para protegerse de convertirse en la próxima comida del demonio, encendió el incienso de glicina y permitió que el demonio entrara al templo. Una vez dentro, el demonio descubrió a los otros niños huérfanos.
Entre los 9 niños, el primero en escapar después de dejar entrar al demonio fue Kaigaku. El demonio mató rápidamente a cuatro de los niños restantes. A pesar de las instrucciones de Gyomei para que se escondieran detrás de él, los niños restantes dudaban de su capacidad para protegerlos debido a su ceguera y su frágil físico. Tres de ellos intentaron huir, pero fueron asesinados trágicamente por el demonio. Solo quedó un niño, que buscó refugio detrás de Gyomei.
A pesar de su débil forma física, Gyomei poseía una fuerza increíble. Usó esta fuerza para atacar implacablemente al demonio durante horas hasta que salió el sol, y finalmente lo derrotó y mató. Como no tenía una Espada Nichirin a su disposición, este era su único curso de acción.
Al llegar al lugar, los aldeanos se alarmaron al encontrar a la niña temblando de miedo. Ella exclamó entre lágrimas: «Ese hombre es un monstruo», lo que hizo que los aldeanos asumieran de inmediato que Gyomei era responsable de la muerte de los niños. Actuando según esta creencia, lo encarcelaron. Sin embargo, Kagaya Ubuyashiki intervino valientemente y salvó la vida de Gyomei, incluso aunque eso significara arriesgar la suya para proteger al niño inocente.
A pesar de cuidar a estos niños huérfanos y arriesgar su propia vida para salvar uno, Gyomei fue encarcelado debido a un malentendido. Este trágico giro de los acontecimientos, en el que no sólo fue testigo de la muerte de sus seres queridos, sino que también enfrentó el castigo por crímenes que no cometió, solidifica su historia de fondo como una de las más tristes de Demon Slayer.
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