El último capítulo de la narrativa de Destiny 2, Episode Revenant, presentó su actualización final el 7 de enero, que presentó a los jugadores la potente arma exótica conocida como Slayer’s Fang. Esta innovadora escopeta viene equipada con características intrigantes, una de las cuales es especialmente peligrosa para su portador.
El núcleo del Slayer’s Fang es su comportamiento distintivo de proyectiles. Esta arma, que imita la mecánica de Hard Light, dispara perdigones que rebotan en las superficies hasta que hacen contacto con un adversario. Lo que distingue al Slayer’s Fang es que sus proyectiles pueden fragmentarse en submuniciones más pequeñas que, si las circunstancias no son favorables, pueden rebotar hacia el tirador.
Este concepto de daño por rebote puede no sorprender a los jugadores experimentados de Destiny 2, ya que la mecánica en sí está bien documentada en el juego. Sin embargo, las complejidades de esta escopeta en particular le agregan un giro: cada submunición tiene el potencial de aplicar la desventaja Debilitar al impactar, especialmente después de lograr una muerte y activar la ventaja Visión Jurada de la Noche.
Entendiendo los riesgos
Esto nos lleva al quid de la cuestión. Si una sola submunición golpea a tu guardián con la Visión Juradora de la Noche activada, infligirá inadvertidamente la desventaja Debilitar al usuario. Desafortunadamente, Debilitar no hace distinción entre compañeros de equipo y oponentes.
Básicamente, si bien Debilitar ofrece una reducción del daño del 15 % a los objetivos enemigos, también amplifica el daño que te infligen. Por lo tanto, el peligro aumenta y mejora el impacto de cada ataque que recibes hasta que se elimina la desventaja.
Slayer’s Fang presenta un sistema de proyectiles único que puede dañar a su usuario.
El concepto de armas autodestructivas no es algo completamente nuevo en Destiny 2. Otras armas exóticas, como Telesto y Touch of Malice, también invitan a los jugadores a afrontar situaciones de riesgo con posibles consecuencias negativas. Touch of Malice, por ejemplo, está especialmente diseñado en torno al paradigma de recompensa frente a riesgo.
Sin embargo, con el Colmillo del Asesino, su clasificación como arma de combate cuerpo a cuerpo complica las cosas. El desafío ahora no es simplemente una cuestión de habilidad del jugador, sino que pasa a ser un elemento de azar. Evitar con éxito los inconvenientes inherentes del arma se convierte más en una cuestión de suerte que de pura habilidad.
Si bien es posible que este comportamiento no haya sido el diseño previsto, Bungie aún no ha abordado las inquietudes planteadas en las discusiones de Reddit que resaltan estas mecánicas contraintuitivas. Hasta que se brinde una respuesta oficial, los jugadores siguen sin saber si se realizarán ajustes o aclaraciones.
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