La sexta temporada de I Am a Killer culmina con una inmersión profunda en el apasionante caso de Kevin Saxon, una historia que ha provocado emociones intensas entre los espectadores, no precisamente por las razones esperadas. Esta serie antológica sobre crímenes reales, que estrenó su último capítulo en Netflix, explora las complejas vidas de asesinos convictos mientras reflexionan sobre sus acciones atroces y las circunstancias que llevaron a sus encarcelamientos.
En sus primeros episodios, la serie nos presenta las historias de Candie Domínguez y Daniel López. El impactante relato de Walter Triplett Jr. aparece de forma destacada en el episodio 3. Mientras I Am a Killer sigue manteniendo un lugar en el top 10 de Netflix, todas las miradas están ahora puestas en el final titulado “Choices”, que se centra en Saxon, quien fue detenido en 2002 por el asesinato de su compañero criminal Richard Gaines.
Opiniones contradictorias sobre Kevin Saxon
En el centro de la discusión del final está la perspectiva conflictiva que los espectadores tienen sobre Kevin Saxon. A pesar de su historial de actividades delictivas, muchos se sienten identificados con él en lugar de verlo simplemente como un asesino a sangre fría. La difícil infancia de Saxon en Harlem marcó significativamente su camino, llevándolo a un mundo dominado por bandas de narcotraficantes. Fue liberado de prisión en 1999, con el objetivo de reconstruir su vida junto a su esposa y su hijo.
Sin embargo, la desesperación lo llevó de nuevo a la delincuencia mientras buscaba sacar adelante a su familia. Un enfrentamiento con Gaines se intensificó trágicamente y resultó en la muerte de este último, una situación que, según Saxon, nunca tuvo la intención de terminar fatalmente. Ahora, con 54 años y encarcelado en el centro penitenciario Five Points de Nueva York, Saxon expresa su profundo remordimiento en el documental, reflexionando sobre sus decisiones pasadas y el entorno que contribuyó a su caída.
Los espectadores han recurrido a plataformas como Reddit para compartir sus opiniones sobre el episodio. Un espectador afirmó: “Acabo de terminar este episodio y me siento preocupado. No creo que las personas que han hecho lo que hizo Kevin deban ser liberadas, independientemente de las dificultades que hayan tenido en su infancia. Sin embargo, siento simpatía por él”. Además, enfatizó: “Vengo de un entorno privilegiado y no puedo comprender realmente lo que soportan personas como Kevin, por eso elijo no juzgar”.
Este sentimiento pone de relieve un problema más amplio: “Ilustra cómo el sistema no apoya a quienes viven en entornos perjudiciales”, comentaron. “Si liberamos a alguien con antecedentes penales sin ningún tipo de apoyo rehabilitador, ¿qué esperamos?”
Otro espectador se hizo eco de la idea: “Está profundamente entrelazado con el entorno en el que nacieron. La pobreza suele ir acompañada de vergüenza, que puede transformarse en violencia con el tiempo. Vivir en el nivel más bajo de una nación rica crea una carga psicológica abrumadora”.
Algunos se mostraron menos ambivalentes en sus opiniones, como una persona que comentó: “Saxon es inteligente y merece estar donde está. Presentaron historias de éxito de personas con antecedentes similares, destacando que el éxito es posible, pero Saxon simplemente no estuvo a la altura de las circunstancias”.
Mientras continúan los debates sobre Kevin Saxon y su camino a seguir, las temporadas 1 a 6 de I Am a Killer siguen disponibles para transmisión en Netflix, lo que invita a más audiencia a descubrir y reflexionar sobre estas conmovedoras historias.
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