Se ha encontrado que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) está asociada con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, según un estudio reciente publicado en la edición en línea de Neurology, la revista oficial de la Academia Estadounidense de Neurología.
Si bien el estudio establece un vínculo entre la EII y el accidente cerebrovascular, no concluye que la EII provoque un accidente cerebrovascular. En este artículo, exploramos los hallazgos del estudio, el impacto de la EII en el riesgo de accidente cerebrovascular y la importancia de la concientización y el manejo para las personas con EII.
Comprender la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
La enfermedad inflamatoria intestinal es una afección crónica caracterizada por la inflamación de los intestinos. Abarca varias condiciones como la enfermedad inflamatoria intestinal no clasificada, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn .
Las personas con EII experimentan inflamación a largo plazo en los intestinos, lo que puede provocar diversas complicaciones y riesgos para la salud.
EII y palpitaciones del corazón: los hallazgos del estudio
El estudio involucró a 85,006 personas con EII confirmada, emparejadas con hasta cinco personas sin EII para comparar.
Durante un período de seguimiento promedio de 12 años, se observó que las personas con EII tenían un 13 % más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en comparación con las personas sin EII.
El mayor riesgo se asoció principalmente con el accidente cerebrovascular isquémico , que ocurre debido a un bloqueo en el flujo sanguíneo al cerebro.
Implicaciones y recomendaciones
Los hallazgos del estudio resaltan la importancia de una mayor conciencia y un manejo proactivo de los factores de riesgo de accidente cerebrovascular para las personas con EII.
Si bien la EII y el accidente cerebrovascular tienen componentes genéticos, los investigadores enfatizan que la detección y el tratamiento de los factores de riesgo modificables, como la enfermedad cardíaca, la presión arterial alta y la obesidad, son cruciales para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular.
Riesgo a largo plazo y comparación entre hermanos
En particular, el estudio reveló que el riesgo elevado de accidente cerebrovascular entre las personas con EII persistió incluso 25 años después de su diagnóstico inicial.
Además, al comparar hermanos completos sin EII con aquellos con EII, estos últimos aún demostraron un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. Estos hallazgos subrayan la necesidad de un control y una gestión de riesgos continuos para las personas con EII.
Las personas con EII deben ser conscientes de este riesgo a largo plazo y trabajar en estrecha colaboración con sus proveedores de atención médica para controlar los factores de riesgo modificables y mantener la salud en general.
Al comprender el vínculo potencial entre la EII y el accidente cerebrovascular, podemos priorizar mejor las medidas preventivas y mejorar el bienestar de las personas afectadas por estas afecciones.
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