Siete meses después de su estreno en Netflix, un juez ha determinado que *Baby Reindeer* no puede reconocerse como una “historia real”, lo que permite a Fiona Harvey continuar con su demanda por difamación.
Poco después de que la historia de terror sobre acosadores debutara en Netflix, los detectives en línea comenzaron a afirmar que Fiona Harvey representaba a la «Martha de la vida real». En los meses siguientes, Harvey se embarcó en una campaña para refutar estas afirmaciones, incluida una aparición muy controvertida en el programa de Piers Morgan en lo que se ha convertido en una de las entrevistas más comentadas de 2024.
En junio, Harvey presentó una demanda por difamación contra Netflix por 170 millones de dólares, alegando que *Baby Reindeer* tergiversó sus experiencias de agresión sexual y encarcelamiento. Estas acusaciones se retrataron en la serie, que Netflix calificó como basada en una “historia real”.
En julio, Netflix intentó desestimar la demanda, y Richard Gadd afirmó que Harvey lo había acosado sexualmente durante varios años y lo había bombardeado con más de 41.000 correos electrónicos y 350 horas de mensajes de voz. Aunque Harvey no estaba encarcelada en realidad, Gadd afirma que la denunció ante las autoridades.
El viernes 27 de septiembre, el juez Gary Klausner dictaminó que a pesar de que la serie comienza con la frase “Esta es una historia real” (que, según un informe de The Times, fue solicitada por Netflix y no por Gadd), ciertos elementos retratados eran más severos que las acusaciones reales contra Harvey.
Klausner afirmó: “Existe una diferencia significativa entre el acoso y ser condenado legalmente por acoso. Además, existen diferencias fundamentales entre tocar inapropiadamente y agresión sexual, así como entre empujar y sacarle los ojos a alguien”.
“Si bien las presuntas acciones del demandante son aborrecibles, las declaraciones de los demandados reflejan un mayor grado de severidad que podría influir de manera diferente en la percepción del espectador”.
Se destacó que la caracterización en la serie podría fácilmente llevar a “un espectador razonable” a asociar el personaje ficticio de Martha con Fiona Harvey.
El juez señaló además: “Este caso no es típico, en el que el demandante es simplemente uno de los innumerables individuos que podrían coincidir con los rasgos generales de un personaje ficticio”.
Como resultado de la sentencia , se desestimaron las reclamaciones de Harvey por negligencia, violación de los derechos de publicidad y daños punitivos. Sin embargo, conserva la capacidad de presentar una demanda por infligir intencionalmente angustia emocional.
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