Es una creencia muy extendida entre los expertos culturales coreanos que las empresas de entretenimiento deberían ampliar sus estrategias comerciales en lugar de depender únicamente de explotar a sus fans.
Como devota entusiasta del K-pop, Lee Eun Soo (25, Corea del Sur) ha sido una fiel compradora de álbumes, ávida defensora de la música en línea y compradora frecuente de productos con temas de ídolos, incluidos lightsticks, carteles, camisetas y llaveros. A pesar de su inquebrantable pasión por el K-pop, Lee tiene dudas sobre la viabilidad a largo plazo de la industria, citando las excesivas demandas financieras que las empresas imponen a los fans. Ella cree que las empresas de gestión saben muy bien cómo capitalizar el amor de los fans y sacarles dinero continuamente.
A pesar de su innegable éxito global, el K-pop depende en gran medida de una base de fans pequeña pero devota. Esta dependencia de un número limitado de fans para generar ganancias ha generado preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo de la industria, según informó el Korea Herald.
Gasto excesivo
La disposición desequilibrada de la industria del K-pop se puede observar a través de sus ventas récord de álbumes. A pesar de que la mayoría de las personas están haciendo la transición a plataformas de transmisión de música en línea, el mercado de álbumes físicos de K-pop continúa prosperando. Esto quedó ejemplificado en 2023 cuando el grupo de chicos Seventeen rompió el récord de vender 16 millones de álbumes. Según Hanteo Chart, su mini-álbum “Seventeenth Heaven” vendió 5,09 millones de copias en su primera semana de lanzamiento en octubre, lo que lo convierte en el álbum más vendido en la historia del K-pop.
A pesar del considerable aumento en las ventas de álbumes debido a la expansión global de los grupos de K-pop, los expertos de la industria destacan que estos logros dependen en gran medida de las compras continuas de los fans. El crítico cultural Lim Hee-yun señala que aunque el álbum de Seventeen fue el más vendido a nivel mundial en 2023, su ranking en Spotify, la mayor plataforma de streaming, no se mantuvo tan alto. Esto demuestra que es posible que el consumo real de K-pop no siempre coincida con las ventas de álbumes.
Al implementar tácticas como presentar fotos de diferentes miembros en cada álbum y alentar a los fanáticos a comprar múltiples copias para recolectar todas las fotos de sus miembros favoritos, la industria del entretenimiento ha perpetuado el consumismo excesivo. Esto fue evidente el 30 de abril en Shibuya, Tokio, donde se descubrieron numerosos álbumes de Seventeen desechados, lo que resalta la naturaleza derrochadora del sector comercial del K-pop. Algunos fans incluso compran cientos de álbumes únicamente para las fotos, sólo para deshacerse de ellos después.
Lidiar con las relaciones desequilibradas
Según los expertos, la dependencia excesiva de un grupo particular de consumidores está socavando la fuerza del K-pop, lo que tiene consecuencias negativas como una disminución de su credibilidad, la invasión de la privacidad de las celebridades y una carga de trabajo excesiva para las estrellas del K-pop. En 2023, cuando los Billboard Music Awards agregaron una categoría de K-pop, implementaron una nueva regla que excluye múltiples descargas de la misma canción de las listas y solo cuenta una descarga por semana. Este cambio se realizó para reducir el impacto de las compras masivas de álbumes y la manipulación del conteo de vistas por parte de los fandoms, lo que indica que la industria musical global ve estas acciones como indicaciones de la lealtad de los fanáticos en lugar del verdadero valor de la música. El crítico cultural Kim Hun-sik profundiza en esta nueva regla y afirma que su propósito es contrarrestar la
Un tema preocupante es el elevado nivel de intimidad que se promueve entre los fanáticos y las celebridades. La aparición de plataformas como Weverse, Bubble y Fromm ha provocado un aumento de los mensajes privados entre fans e ídolos. Esto ha provocado críticas de algunos fanáticos que sienten que los artistas no interactúan lo suficiente en estas plataformas, lo que genera preocupaciones de que los ídolos sean obligados a realizar interacciones pagas. En opinión del crítico Lim Hee-yun, los ídolos enfrentan una inmensa tensión psicológica como resultado de estas expectativas.
Este nivel de intimidad ha resultado en que ciertos fanáticos traspasen los límites y se entrometan en la vida personal de las celebridades. Por ejemplo, Karina de Aespa enfrentó críticas después de anunciar públicamente su relación romántica con el actor Lee Jae-wook. Más tarde compartió una carta de disculpa escrita a mano, pero la relación terminó al mes. El crítico Kim Hun-sik subraya que la raíz del problema radica en el modelo de negocio distorsionado que explota tanto a los fans como a los artistas, más que a los cantantes o su contenido en sí.
Importancia de diversos modelos de negocio
Paradójicamente, este sistema distorsionado ha jugado un papel fundamental y una sombra oscura en el crecimiento del K-pop. Un entusiasta del K-pop de veintitantos años considera que las actividades de los fans son increíblemente cautivadoras y afirma: “La sensación de implicación al apoyar a un artista, el sentimiento de camaradería entre los fans y la colaboración para mejorar el ranking de los ídolos son todos aspectos atractivos”. Hee-yun espera que el K-pop pueda incorporar otros valores sin dejar de preservar estas actividades. “Ver innumerables álbumes descartados podría generar conciencia sobre las preocupaciones ambientales, y una reacción violenta contra las citas entre ídolos podría generar conciencia sobre los derechos de privacidad de las celebridades, presionando a las empresas para que aborden estos problemas. Los fans pueden servir como catalizadores del cambio”, sugiere Lim.
Según Kang Hye-won, profesor visitante del Departamento de Cultura y Tecnología de la Universidad Sungkyunkwan, los grupos de K-pop deberían considerar implementar estrategias comerciales diversificadas. En lugar de depender únicamente de construir una base de fans dedicada para obtener ganancias, sugiere que los grupos exploren enfoques alternativos, como priorizar la participación de los fans o enfatizar las presentaciones en vivo.
Según el crítico cultural Kim Hun-sik, la raíz de la crisis del K-pop está en su modelo de negocio. Afirma que las empresas deben dejar de explotar a los fanáticos y centrarse en el crecimiento cualitativo en lugar de simplemente expandirse en tamaño. Esto sólo puede lograrse cambiando la forma en que se trata e interactúa con los fans, ya que no deben verse únicamente como un medio de lucro. Al realizar estos cambios, el K-pop puede convertirse en una industria sostenible.
Deja una respuesta