Mediante la creación de Baby Reindeer, Netflix ha transformado una inquietante historia de acoso de la vida real en una serie de siete episodios, muy parecida al éxito del programa Fleabag. Sin embargo, existe la preocupación sobre la posibilidad de que la plataforma de transmisión vaya demasiado lejos en su descripción de los eventos.
La serie limitada de Richard Gadd, Baby Reindeer, de repente hizo su debut en Netflix y rápidamente subió en las listas para convertirse en uno de los 10 programas principales y tendencia en las redes sociales. La historia está fuertemente inspirada en la propia vida de Gadd y ha sido adaptada de una obra de teatro unipersonal a una serie de televisión. Sigue a Donny (interpretado por Gadd), un comediante en apuros, que se involucra con Martha (Jessica Gunning) mientras trabaja en un pub local. Baby Reindeer sirve como una advertencia sobre el acecho, rompiendo el estereotipo de la mujer fatal.
A pesar de su rápido ritmo de siete episodios, cada uno es una experiencia increíblemente difícil de soportar. Gadd confronta y explora con valentía sus propias vulnerabilidades, profundizando en las capas de su trauma personal de una manera cruda y visceral. Mientras que los tres episodios iniciales se centran en las repercusiones del acoso de Martha, el episodio 4 profundiza en el pasado de Donny y revela los orígenes de sus distintos patrones de comportamiento. Este episodio ya ha sido aclamado como uno de los momentos más escalofriantes de la televisión este año.
A pesar de que Baby Reindeer es solo uno de los muchos programas de Netflix que se inspiran en tragedias de la vida real, no será el último. Sin embargo, la naturaleza cruda y reveladora del trabajo de Gadd puede llevar a la plataforma de streaming a sacar conclusiones equivocadas sobre su vulnerabilidad. Las reacciones de los fanáticos han demostrado constantemente que las decisiones de Netflix no siempre se alinean con los deseos de la audiencia, y esta tendencia puede continuar. Se recomienda discreción del espectador ya que este contenido puede resultar perturbador para algunos.
Netflix aporta la energía de “Fleabag” a “Baby Reindeer”
A pesar de las apariencias iniciales, Baby Reindeer ha seguido los pasos de ‘Fleabag’ de Netflix en cuanto a su contenido. Ambos espectáculos comenzaron como obras unipersonales en el Festival Fringe de Edimburgo, ahondando en traumas personales e incorporando referencias anecdóticas. Tanto Gadd como Phoebe Waller-Bridge tardaron años en desarrollar adaptaciones cinematográficas, que finalmente han obtenido amplios elogios tanto de la crítica como de los espectadores.
Cada autor sumerge a sus lectores en una variedad de temas que la sociedad normalmente evita, explorando experiencias personales difíciles que atraviesan desafíos devastadores en la vida. Este enfoque fue increíblemente exitoso para Fleabag y parece replicarse en Baby Reindeer. Sin embargo, la diferencia radica en el hecho de que Waller-Bridge primero creó su historia para una audiencia más pequeña de la BBC, mientras que Gadd ahora compite contra un servicio de transmisión internacional con motivación financiera.
Si bien se debe dar crédito tanto a Netflix como a Baby Reindeer, la serie logra lograr un delicado equilibrio al infundir temas difíciles con momentos de innegable humor. En el episodio 4, el programa alcanza un nivel sin precedentes al profundizar en el pasado de violación y agresión sexual de Donny a través de flashbacks crudos y realistas. Gadd explora sin miedo estos temas delicados, lo que da como resultado una experiencia visual aleccionadora e impactante. Sin embargo, existe la preocupación de que si Netflix continúa con este enfoque, pueda tener consecuencias negativas.
Encontrar el equilibrio al abordar el trauma
A pesar de su éxito, Baby Reindeer no debe ser elogiado únicamente por su capacidad para cautivar a los espectadores de por vida. No debe utilizarse como estándar para explotar el trauma con el fin de crear un espectáculo digno de un atracón. El creador, Richard Gadd, ha optado por no revelar muchos detalles sobre su experiencia personal con el acoso, y no se debe esperar que lo haga. Lo mismo ocurre con la creación de arte; No es necesario exponer lo más profundo de uno mismo para producir una serie popular y convincente en una plataforma de transmisión global.
Durante una entrevista con Netflix en un clip detrás de escena , Gadd expresó sus reservas acerca de que el público fuera consciente de sus luchas cuando se le acercó para crear la serie. Es comprensible por qué se sentiría así, ya que podría poner en riesgo su seguridad y bienestar. Además, al ser vulnerable y compartir su historia, Gadd se abre a la interpretación y la crítica de quienes tienen acceso a las redes sociales. Se trata de una decisión valiente y, si bien es crucial contar con una representación auténtica, sería ingenuo ignorar las posibles consecuencias.
Además, puede resultar sorprendente que Netflix haya aceptado producir una serie estrictamente limitada. En la industria actual, todo contenido debe tener potencial de renovación, y se suele insinuar una segunda temporada, aunque finalmente no llegue a buen puerto. Teniendo en cuenta su tema, Baby Reindeer puede percibirse como una tragedia desechable cuando se ve desde un punto de vista empresarial.
El posible error de Netflix sería adoptar la mentalidad de “si funcionó para Baby Reindeer, funcionará para todo” en sus contenidos futuros. Este enfoque podría establecer la expectativa de que todo entretenimiento debe atender tanto a los espectadores como a los creadores, lo que podría tener consecuencias perjudiciales al eliminar la diversidad de narrativas ficticias.
Descubra una gran cantidad de programas y documentales sobre crímenes reales disponibles para transmisión, además de una selección de películas increíbles para ver en Netflix este mes. Y si eso no es lo suficientemente satisfactorio, manténgase actualizado sobre los próximos lanzamientos de K-drama en la plataforma.
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