Dos años después del estreno del impactante documental de Netflix, Our Father , el gigante del streaming ha recibido la orden de pagar daños compensatorios a una mujer cuya identidad fue revelada sin su consentimiento.
El documental de 2022 se centra en la impactante historia real del Dr. Donald Cline, un especialista en fertilidad con sede en Indianápolis, quien notoriamente usó su propio esperma para fecundar a múltiples pacientes, lo que resultó en un asombroso recuento de al menos 94 niños.
Producida por Jason Blum de Blumhouse Productions, Our Father resonó tanto entre los críticos como entre el público, quienes apreciaron su enfoque en las experiencias de las víctimas y etiquetaron el relato como una » historia escalofriante «.
Demanda judicial contra Netflix por el documental Nuestro Padre
Las batallas legales comenzaron poco después de la emisión del documental, cuando tres «niños secretos» que aparecen en la película presentaron una demanda contra Netflix por «divulgación pública de hechos privados». Afirmaron que el documental les causó angustia emocional al revelar sus identidades sin consentimiento previo.
El 5 de diciembre de 2024, un jurado de Indianápolis falló a favor de Lori Kennard, una de las demandantes, y ordenó a Netflix pagar 385.000 dólares en daños y perjuicios. El juicio duró cuatro días y reveló las complejidades de los derechos de privacidad en la realización de documentales.
Sin embargo, no todos los demandantes tuvieron éxito. Las demandas de Sarah Bowling fueron desestimadas sin indemnización por sus revelaciones previas sobre su paternidad, mientras que las acusaciones de la tercera mujer fueron rechazadas antes de llegar a juicio.
Los representantes legales de los demandantes argumentaron que los productores del programa les habían asegurado que sus identidades permanecerían confidenciales, una promesa que, según creían, se rompió cuando sus nombres aparecieron en pantalla durante períodos que iban de uno a diez segundos.
A pesar del veredicto, Netflix sostuvo que la breve exhibición de nombres estaba justificada, argumentando que las mujeres habían participado activamente en un grupo cerrado de Facebook donde discutieron sobre sus identidades relacionadas con el caso.
La jueza Tanya Walton Pratt concluyó que tanto Netflix como RealHouse habían tomado las precauciones necesarias para limitar las ramificaciones legales relacionadas con el contenido del documental. La decisión de otorgar daños compensatorios en lugar de punitivos enfatizó el reconocimiento por parte del tribunal de la falta de intención maliciosa.
Tras el veredicto, Robert MacGill, abogado de los demandantes, declaró: “Este es un resultado que sienta un precedente. El veredicto del jurado confirma cómo los estadounidenses están protegidos contra las invasiones de la privacidad por parte de los cineastas”.
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