Las convulsiones en los recién nacidos pueden ser traumáticas tanto para los padres como para el personal sanitario. Estos casos de actividad eléctrica aberrante en el cerebro pueden indicar un problema de salud subyacente que requiere una intervención médica inmediata. Es fundamental comprender los orígenes, los síntomas y las opciones de tratamiento de las convulsiones neonatales para poder reconocerlas e intervenir a tiempo.
En este artículo, veremos las complejidades de las convulsiones infantiles y cómo se pueden manejar.
Causas de las convulsiones en los recién nacidos
Las convulsiones infantiles pueden ocurrir por una variedad de razones. Si el cerebro de un bebé no recibe suficiente oxígeno y sangre durante el parto, podría desarrollar encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI), que puede inducir convulsiones poco después del nacimiento.
Las convulsiones también pueden ser causadas por infecciones como meningitis, encefalitis o sepsis durante el embarazo, el trabajo de parto o después del nacimiento. Las convulsiones pueden verse exacerbadas por anomalías metabólicas como niveles bajos de azúcar en la sangre, niveles bajos de calcio y problemas metabólicos hereditarios.
Signos de convulsiones en recién nacidos
Las convulsiones en recién nacidos y niños pequeños pueden ser difíciles de detectar ya que presentan pequeños síntomas. La pérdida de conciencia y los movimientos espasmódicos de los brazos y las piernas son dos síntomas comunes. Los padres y cuidadores deben ser conscientes de los síntomas que pueden sufrir sus hijos en función del tipo de convulsión.
Convulsiones sutiles : Las convulsiones sutiles se detectan con mayor frecuencia en los recién nacidos. Estas señales pueden ser difíciles de detectar ya que se parecen a los movimientos normales de todos los días. Los ojos en blanco, el parpadeo, la mirada fija, los movimientos incontrolables de los ojos, la lengua que sobresale, el movimiento de las piernas y las pausas prolongadas entre respiraciones son síntomas de convulsiones leves.
Convulsiones tónicas : la rigidez muscular es un síntoma de las convulsiones tónicas. Un bebé puede ponerse completamente rígido, doblarse y sostener sus brazos y piernas en ángulos inusuales, mantener la cabeza hacia un lado o mantener los ojos hacia un lado durante una convulsión tónica.
Convulsiones clónicas : Las convulsiones clónicas se distinguen por movimientos espasmódicos o espasmódicos. Cuando un recién nacido tiene una convulsión clónica, puede mostrar movimientos espasmódicos recurrentes e incontrolables en varias partes de su cuerpo, como la cara, la lengua, los brazos, las piernas y las manos.
Convulsiones tónico-clónicas : Las convulsiones tónico-clónicas tienen dos fases: la fase tónica, que se caracteriza por rigidez, y la fase clónica, que se caracteriza por movimientos bruscos. Un bebé puede tener síntomas de convulsiones tónicas seguidos de síntomas de convulsiones clónicas.
¿Qué hacer durante una convulsión del bebé?
Es vital mantener la seguridad del bebé y evitar posibles lesiones si sufre una convulsión. El bebé debe mantenerse alejado de objetos afilados, y el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares recomienda ponerlo de costado para evitar que se atragante.
Es crucial evitar poner algo en la boca del bebé o intentar detener los movimientos de la boca porque hacerlo podría lesionar al niño. Es crucial llamar al 911 o enviar al niño a una sala de emergencias en casos que amenazan la vida cuando el bebé tiene dificultad para respirar, se pone azul o tiene convulsiones que duran más de cinco minutos.
Las convulsiones en los recién nacidos pueden tener una variedad de razones, y los padres y cuidadores deben conocer los signos y síntomas. Cuando un recién nacido tiene una convulsión, la asistencia médica inmediata es fundamental, especialmente si tiene dificultad para respirar o si la convulsión dura más de cinco minutos.
Comprender la distinción entre reflejos y convulsiones también podría ayudar a reducir la ansiedad innecesaria. El diagnóstico y el tratamiento adecuados son fundamentales para controlar adecuadamente las convulsiones en los recién nacidos y evitar posibles problemas.
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