Un nuevo estudio descubrió que los bebés por nacer usan un «gen codicioso» de sus padres para controlar a sus madres y que les proporcionen más alimentos en el útero.
Científicos de la Universidad de Cambridge han descubierto que los fetos usan el componente codicioso para controlar a distancia el metabolismo de su madre, creando un tira y afloja nutricional en el útero.
“El gen codicioso”: ¿De qué se trata el estudio?
El nuevo estudio publicado en la revista Cell Metabolism analiza cómo la placenta se comunica y manipula a la madre a través de la liberación de hormonas para adaptarse al crecimiento de su bebé.
Según Amanda Sferruzzi-Perri, coautora principal de la investigación y profesora de fisiología fetal y placentaria, este estudio es la primera evidencia que sugiere que los genes heredados del padre manipulan a la madre para desviar la nutrición del embarazo al feto.
Según otro científico llamado Dr. Miguel Constancia que también participó en el estudio, el sistema de control remoto de los fetos es operado básicamente por un componente hereditario que puede apagarse o encenderse según sea del padre o de la madre, también llamado los “genes impresos”.
Añadió:
“Los genes controlados por el padre son codiciosos y egoístas y tienden a manipular los recursos de la madre en beneficio de los fetos y permitirles crecer grandes y en forma”.
Según los investigadores, los genes del padre promueven el crecimiento fetal, mientras que los de la madre lo limitan.
Hallazgos del estudio
En el experimento realizado en ratones preñados, los científicos cambiaron las células de señalización en la placenta que dirigen la asignación de alimentos de la madre al feto en desarrollo. Removieron un gen llamado Igf2, que asegura el desarrollo y crecimiento adecuado de los tejidos fetales, de la placenta de ratones preñados.
Los científicos descubrieron que la ausencia de Igf2 afectó negativamente la liberación de la proteína «factor de crecimiento similar a la insulina dos» y también afectó las hormonas que controlan la liberación de insulina del páncreas. Según los expertos, este material genético particular tiene el poder de cambiar y manipular el metabolismo de la madre.
Según el Dr. Jorge López-Tello, autor principal del estudio, cuando la Igf2 del padre se desactiva en las células de señalización, la madre no produce suficientes lípidos, grasas y glucosa. Estos nutrientes llegan a los fetos en cantidades insuficientes. Como resultado, el feto no se desarrolla adecuadamente.
Efectos de la deficiencia de Igf2 en el feto humano
Los científicos creen que la deficiencia de Igf2 puede dar lugar a bebés pequeños o grandes. En el experimento, los investigadores encontraron que los ratones nacidos de madres sin Igf2 experimentaron síntomas de diabetes y también se volvieron obesos a medida que crecían.
Los científicos afirman que sus hallazgos muestran cuán beneficiosa es la distribución controlada de nutrientes al feto para su salud de por vida. Destaca la importancia de una dieta de embarazo adecuada y adecuada y el papel de la placenta también.
Los investigadores sugieren que se necesitan más estudios en el futuro para descubrir nuevas formas en que los cambios en las hormonas pueden beneficiar la salud de los fetos y las madres y cómo se puede atacar la placenta para proteger a los fetos del consumo excesivo de nutrientes.
Deja una respuesta