La fuerza física, un atributo esencial que ha jugado un papel importante en la historia humana, se enfrenta a un declive preocupante en nuestra era moderna. Si bien la sociedad ha logrado un progreso encomiable en la redefinición de la masculinidad y la valoración de la fuerza mental, es crucial examinar los aspectos de la fuerza física que han retrocedido a medida que la humanidad se ha desarrollado.
El modelo de masculinidad ha evolucionado positivamente, reconociendo la importancia de la expresión emocional y la autoaceptación. Sin embargo, es igualmente importante reconocer y abordar la disminución de la fuerza física que se observa entre los jóvenes de hoy.
Un estudio que revela hallazgos alarmantes
En un fascinante estudio llevado a cabo en la Universidad Estatal de Winston-Salem en Carolina del Norte, los investigadores se propusieron investigar las disparidades en la fuerza física entre la juventud contemporánea y las generaciones anteriores.
Para lograr esto, su enfoque se dirigió hacia la realización de pruebas que midieron la resistencia a la compresión mediante la aplicación de fuerza con la palma de la mano, así como evaluaciones de la fuerza de agarre de pellizco que involucran la presión de dos dedos. Se eligieron estas pruebas específicas porque se consideran indicadores confiables para evaluar la fuerza física de la mayoría de las personas, como lo sugieren los investigadores.
El estudio examinó la fuerza de agarre y la fuerza física del pellizco lateral entre los millennials, comparando sus resultados con datos normativos más antiguos. Los investigadores encontraron que la fuerza de agarre de los millennials era estadísticamente más baja en comparación con las normas más antiguas, a excepción de las mujeres en el grupo de edad de 30 a 34 años. Esta tendencia se observó en todas las fuerzas de agarre masculinas y en mujeres de 20 a 24 años (agarre bilateral) y de 25 a 29 años (agarre derecho).
Sin embargo, en lo que respecta a la fuerza de pellizco lateral, los datos mostraron similitudes con las normas anteriores, con variaciones de 0,5 a 1 kg. Esto significa que la fuerza de pellizco lateral de los millennials fue generalmente comparable a las normas anteriores, con solo ligeras variaciones.
El estudio encontró diferencias estadísticamente significativas en la fuerza de agarre entre los millennials y los datos normativos más antiguos para todos los participantes masculinos y mujeres de 20 a 24 años (agarre bilateral) y de 25 a 29 años (agarre derecho). Sin embargo, no hubo diferencias significativas en la fuerza del pellizco lateral entre los hombres de todos los grupos de edad. Para las mujeres, se observó significación estadística en el pellizco lateral izquierdo para el grupo de edad de 20 a 24 años y en los pellizcos laterales bilaterales para el grupo de edad de 30 a 34 años.
Vivir una vida de conveniencia a expensas de la salud
El estudio arrojó luz sobre una posible razón detrás del aumento observado en la debilidad, que no es inesperado. Lamentablemente, un número significativo de personas ahora pasan sus días sentados frente a computadoras portátiles, teléfonos y/o televisores, mientras que solo unos pocos se dedican a ocupaciones físicamente exigentes.
Sin duda, estos dispositivos han hecho que el trabajo y la vida diaria sean más cómodos, pero esta comodidad tiene un costo que no debe pasarse por alto.
La disminución de la fuerza física con la edad no es inevitable
A medida que avanzamos en el proceso de envejecimiento, nuestros cuerpos naturalmente experimentan una disminución de la fuerza, lo que nos hace más vulnerables a las lesiones, la pérdida de masa muscular y diversas dolencias médicas.
La disminución gradual de la masa muscular, conocida científicamente como sarcopenia , es una parte inherente del proceso de envejecimiento. A partir de los 30 años, las personas suelen experimentar una pérdida del 3 % al 5 % de la masa muscular por década. Al final de sus vidas, es común que las personas hayan perdido alrededor del 30 % de su masa muscular en general.
Según un informe de 2015 de la Sociedad Estadounidense para la Investigación de Huesos y Minerales, las personas con masa muscular disminuida enfrentan un riesgo 2,3 veces mayor de fracturarse los huesos debido a caídas. Esto explica por qué tales lesiones desafortunadas son frecuentes, complejas y, a veces, incluso fatales entre los adultos mayores.
Teniendo en cuenta el impacto de la disminución de la masa muscular en las personas mayores, plantea preocupaciones sobre las consecuencias futuras para las generaciones más jóvenes que no prioricen el ejercicio, pasen demasiado tiempo con los dispositivos electrónicos y descuiden los hábitos alimenticios saludables .
Cómo volverse más fuerte físicamente
Esto se puede lograr a través de una combinación de ejercicio regular, haciendo ejercicios aeróbicos y manteniendo una dieta balanceada , particularmente enfatizando la ingesta adecuada de proteínas . No solo los culturistas y los atletas requieren un consumo suficiente de proteínas, ya que juegan un papel vital en el desarrollo muscular y en la prevención de la pérdida muscular.
Según un estudio publicado en Nutrients, se recomienda que todas las personas consuman entre 1 y 1,3 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal. Para ilustrar, un hombre de peso promedio que pesa 80 kilogramos debe aspirar a consumir aproximadamente 80 a 103 gramos de proteína por día.
Estas fuentes de proteínas se pueden diversificar incorporando alimentos como el salmón o el tofu, así como incorporando batidos ricos en proteínas elaborados con leche o suplementados con proteína en polvo.
Si bien la sociedad ha progresado en la redefinición de la masculinidad y la valoración de la fuerza mental, existe una disminución preocupante de la fuerza física entre los jóvenes de hoy. El estilo de vida sedentario y la falta de trabajos físicamente exigentes contribuyen a este declive, que puede tener implicaciones significativas para la salud y el bienestar general a medida que las personas envejecen.
Para contrarrestar esta tendencia, las personas deben asumir la responsabilidad de sus cuerpos y priorizar el ejercicio regular, los aeróbicos y una dieta rica en proteínas para mantener y fortalecer su fuerza física. Al hacerlo, podemos mitigar el deterioro esperado y asegurar un futuro más saludable para nosotros y las generaciones venideras.
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