Cada vez más personas recurren a suplementos como la berberina, apodada «el Ozempic de la naturaleza», así como ciertos medicamentos para perder peso como Ozempic y Mounjaro, que se están volviendo cada vez más populares debido a sus historias de éxito. Sin embargo, muchas personas obesas informan que les resulta difícil mantener la pérdida de peso a pesar de sus esfuerzos.
Según una investigación reciente, la capacidad de perder peso y no recuperarlo ya no es solo una cuestión de fuerza de voluntad. Más bien, la forma en que su cerebro procesa los alimentos puede tener un impacto significativo en él. Según un estudio reciente publicado en Nature Metabolism, los cerebros de las personas obesas reaccionan a los nutrientes de manera diferente incluso después de una pérdida de peso significativa.
Cerebro y pérdida de peso: revelando la conexión
El estudio involucró a 60 participantes de 40 años o más, la mitad de los cuales tenía obesidad y la otra mitad no. Para investigar la respuesta del cerebro a la comida en estos dos grupos, los investigadores infundieron directamente diferentes soluciones que contenían glucosa, lípidos o agua en los estómagos de los participantes en días separados.
Se realizaron resonancias magnéticas funcionales para medir las respuestas cerebrales durante aproximadamente 30 minutos después de la infusión, mientras que también se registraron los niveles hormonales en la sangre y las puntuaciones de hambre informadas por los participantes.
¿Por qué es tan difícil perder peso?
Los resultados revelaron que las personas sin obesidad exhibieron una activación adecuada de los centros de recompensa en el cerebro en respuesta a los nutrientes. Por el contrario, los participantes con obesidad mostraron una falta de activación en estas regiones del cerebro. Sorprendentemente, este hallazgo persistió incluso después de que los participantes con obesidad se sometieran a una pérdida de peso del 10 % impulsada por la dieta y fueran escaneados nuevamente tres meses después.
La implicación de estos hallazgos es que la disminución de la respuesta de recompensa en el cerebro puede contribuir a comer en exceso y obstaculizar los esfuerzos para cambiar los hábitos alimenticios , lo que lleva al aumento de peso o a la dificultad para mantener el peso perdido. Destaca los factores biológicos y neurológicos involucrados en la obesidad, lo que refuerza la noción de que el control del peso se extiende más allá de la mera fuerza de voluntad.
Limitaciones e Implicaciones
Si bien este estudio proporciona información valiosa sobre el papel del cerebro para perder peso, es importante tener en cuenta sus limitaciones. La investigación se realizó en una muestra relativamente pequeña de adultos mayores de 40 años, lo que puede limitar su relevancia para las poblaciones más jóvenes.
Además, el estudio empleó una sonda de alimentación para administrar nutrientes, lo que no refleja los patrones típicos de alimentación de la mayoría de las personas. Por lo tanto, las diferencias cerebrales observadas pueden no ser ciertas en todas las situaciones.
Sin embargo, los expertos enfatizan que estos hallazgos no deberían desanimar a las personas con obesidad de realizar esfuerzos para perder peso. A pesar de la respuesta del cerebro a los nutrientes, se puede lograr una pérdida de peso y un mantenimiento exitosos.
Sin embargo, estudios como este ofrecen vías potenciales para intervenciones y tratamientos específicos para quienes luchan contra el sobrepeso o la obesidad. Los medicamentos desarrollados específicamente para bajar de peso, como Ozempic y Mounjaro , se han mostrado prometedores, y su eficacia puede estar relacionada con su impacto en las señales hormonales del hambre y la saciedad del cerebro.
La Dra. Jennifer Ashton, especialista en medicina de la obesidad, cree que enfocarse en la respuesta del cerebro a los alimentos puede conducir a tratamientos más efectivos para la obesidad. Los enfoques integrales que incluyen cambios de comportamiento, alimentación saludable, ejercicio e intervenciones médicas ofrecen la mejor oportunidad de éxito en la pérdida de peso a largo plazo.
Los avances en la comprensión de la participación del cerebro en la pérdida de peso brindan la esperanza de mejores tratamientos y estrategias personalizadas para combatir la obesidad y mejorar los resultados de salud.
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