Se sabe que el síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es una afección de dolor crónico que afecta una extremidad. Se caracteriza por un dolor intenso y continuo que es desproporcionado con respecto a la lesión o traumatismo inicial.
El CRPS provoca una variedad de síntomas como sensibilidad al tacto o temperaturas frías, hinchazón, cambios en el color y la temperatura de la piel, rigidez en las articulaciones, debilidad muscular y crecimiento anormal del cabello y las uñas. Tiene la capacidad de afectar la movilidad, la función y la calidad de vida general de una persona.
El síndrome de dolor regional complejo tiene dos tipos principales. El CRPS tipo 1 se conoce como síndrome de distrofia simpática refleja (RSDS) y ocurre sin que se conozca ninguna lesión nerviosa. CRPS Tipo 2, conocido como Causalgia, ocurre con una lesión nerviosa distinta.
Causas del síndrome de dolor regional complejo
Las causas exactas del síndrome de dolor regional complejo no se comprenden completamente, por lo que se necesita más tiempo e investigación para comprenderlo por completo. Sin embargo, a menudo se desarrolla después de una lesión o traumatismo en una extremidad. Se cree que el CRPS puede resultar de respuestas anormales en el sistema inmunológico, inflamación o disfunción en el sistema nervioso.
La condición también puede verse influenciada por factores genéticos y ambientales y, además, la lesión o el trauma desencadena una respuesta exagerada, lo que lleva a un dolor continuo y varios síntomas.
Si bien los mecanismos precisos no están claros, los investigadores sugieren que los cambios en el flujo sanguíneo, la sensibilidad nerviosa y la comunicación entre el cerebro y la extremidad afectada contribuyen al desarrollo y la persistencia del SDRC.
¿Cuáles son los síntomas del SDRC?
CRPS presenta una gama de signos y síntomas que varían de persona a persona. Uno realmente debería considerar consultar a un profesional médico si nota estos síntomas comunes:
- Dolor continuo y ardiente en la extremidad afectada.
- Sensibilidad al tacto o temperaturas frías
- Hinchazón o cambios en la temperatura y el color de la piel
- Rigidez articular y disminución del rango de movimiento.
- Debilidad muscular y atrofia
- Crecimiento anormal de cabello y uñas.
- Cambios en los patrones de sudoración
¿Se puede curar el SDRC?
El diagnóstico de CRPS es bastante desafiante debido a la ausencia de pruebas o biomarcadores específicos. Los profesionales de la salud deben confiar en una combinación de historial médico, examen físico y descartar otras posibles causas de los síntomas.
Las pruebas de imagen, como radiografías, gammagrafías óseas e imágenes por resonancia magnética (IRM), podrían ser la única fuente de apoyo para el individuo, ya que hasta la fecha no existe una cura conocida para la afección. Estos se pueden utilizar para controlar el dolor y aliviar las molestias.
Cómo manejar el síndrome de dolor regional complejo
El manejo del síndrome de dolor regional complejo implica un enfoque integral que incluye varias opciones de tratamiento. Los medicamentos como los analgésicos de venta libre y los medicamentos recetados como los opioides, los anticonvulsivos y los antidepresivos ayudan a controlar el dolor según su gravedad y tipo.
La fisioterapia y la rehabilitación son cruciales para mejorar la fuerza y la movilidad de las extremidades y, al mismo tiempo, reducir el dolor mediante ejercicios terapéuticos y actividades de amplitud de movimiento. Los bloqueos de los nervios simpáticos brindan un alivio temporal del dolor al interrumpir las señales de dolor a través de una inyección anestésica cerca de los nervios afectados.
Un procedimiento quirúrgico de estimulación de la médula espinal consiste en implantar un dispositivo que envía señales eléctricas a la médula espinal y ofrece alivio del dolor para quienes no han respondido a otros tratamientos.
Las terapias alternativas y complementarias, incluida la acupuntura , la terapia de masaje, la TENS y la biorretroalimentación, se exploran mejor bajo la guía de un profesional.
El apoyo psicológico, como la terapia y el asesoramiento cognitivo-conductuales, ayuda a las personas a desarrollar estrategias de afrontamiento y mejorar su calidad de vida general mientras viven con dolor crónico.
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