Después de un ataque de pánico, puedes seguir experimentando emociones duraderas. El ritmo cardíaco acelerado, la respiración superficial y el miedo abrumador pueden dejarte en un estado absolutamente tembloroso inmediatamente después del ataque.
Para superar positivamente las secuelas de los ataques de pánico, es de gran importancia comprender qué sucede realmente después del ataque. Esto también le permite aprender diferentes formas de gestionar sus efectos.
Recuerde que superar un ataque de pánico lleva su tiempo. Tienes que tener paciencia contigo mismo y permitirte sentir lo que estás sintiendo. Es una buena práctica recordarse a sí mismo que no está solo en este viaje y que existen estrategias efectivas para gestionarlo y estar en un mejor lugar mentalmente.
¿Qué sucede después de un ataque de pánico?
Inmediatamente después de un ataque de pánico, es posible que empieces a sentir que estás emocionalmente agotado. La intensidad del miedo y la ansiedad puede persistir y hacerte sentir muy cansado y sensible a las cosas de la vida. Es posible que siga temiendo sufrir otro ataque. En algunos casos, las personas desarrollan un trastorno de pánico debido a ataques de pánico recurrentes.
Después de que un ataque de pánico comienza a desaparecer, es posible que la persona aún siga sintiendo miedo. Las cosas más simples que desencadenan el ataque pueden provocar nerviosismo o hacerle sentir nervioso.
A veces, los signos físicos como tensión muscular, dolores de cabeza o malestar estomacal pueden continuar persistiendo incluso después de que se haya producido el ataque de pánico como resultado de la respuesta al estrés del cuerpo< /span>
Inmediatamente después de un ataque de pánico, ciertas personas pueden evitar algunos lugares, actividades o incluso ciertas situaciones que les recuerdan el ataque. Este comportamiento restringe la vida y causa estrés, lo que afecta la vida social y las rutinas cotidianas. Desafortunadamente, esto sólo exacerba la ansiedad, y cuanto más la evites, más puede aumentar.
Pocas personas también pueden volverse hipersensibles a las sensaciones básicas del cuerpo. Es posible que empiecen a percibirlos como signos de otro ataque de pánico inminente. Esta conciencia elevada puede aumentar la ansiedad y hacer que sea difícil sentirse cómodo. En algunos casos, las personas pueden experimentar dificultades con la memoria o sufrir pérdida de memoria.
Después de un ataque de pánico: lidiar con los efectos posteriores
Empieza a incorporar respiración profunda o técnicas de relajación. La respiración suave, lenta y profunda calma el cuerpo y la mente mientras reduce la ansiedad. Poco a poco empieza a afrontar escenarios que desencadenan el ataque de pánico. Comience con pequeños pasos y emplee métodos de relajación que le ayuden a afrontar la exposición de forma gradual.
Haz ejercicio de forma regular y hazte cargo de tu cuerpo y mente. Coma bien, duerma lo suficiente y restrinja los estimulantes como la cafeína y el alcohol, que empeoran la ansiedad.
Buscar ayuda profesional de un terapeuta o consejero capacitado puede ser de gran ayuda. Pueden ofrecer sistemas de orientación y apoyo que se adapten a sus necesidades específicas, lo que ayudará a facilitar el camino hacia la recuperación.
Para muchas personas, los ataques de pánico pueden ser una experiencia terrible, pero tenga en cuenta que se pueden tratar. Mediante la identificación oportuna de las secuelas y el empleo de métodos de afrontamiento saludables, podrá recuperar el control de su vida nuevamente.
Con los sistemas de apoyo, la paciencia y el autocuidado necesarios, la vida después de un ataque de pánico puede estar llena de esperanza y satisfacción.
Janvi Kapur es consejero con maestría en psicología aplicada con especialización en psicología clínica.
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