En línea, Jay, conocido como ‘jayletitgo’, administra un canal en la plataforma para compartir videos llamado ‘LET IT GO, WORLD TRAVELER JAY’ que muestra sus experiencias de viaje.
A pesar del limitado transporte público, la decisión de Jay de recorrer 450 kilómetros (aproximadamente 279 millas) en bicicleta en la región de Leh, India, resultó ser una mala decisión.
Durante el trayecto, un camionero se detuvo y le ofreció al aventurero llevarlo, a lo que éste accedió. Como resultado, Jay habría permanecido cautivo durante más de 30 horas.
A las 13:40 horas el camión se detuvo a un lado de la carretera.
Al principio, Jay se sintió afortunado y aceptó que los hombres lo llevaran, ya que había estado pedaleando durante días. Sin embargo, al despertar en un lugar diferente y lejos de su destino previsto, se dio cuenta de que su suerte se había acabado.
En ese lugar, los hombres revelaron sus verdaderas intenciones al presionar a Jay para que les entregara su dinero, su teléfono y sus cámaras mientras lo amenazaban con palos. Sintiéndose asustado, Jay les rogó a los hombres que lo dejaran ir a una ciudad cercana y les ofreció retirar efectivo de su tarjeta como herramienta de negociación.
Al obtener servicio telefónico, Jay envió rápidamente una foto del camión y de los rostros de los hombres a un amigo, expresando que estaba en un estado de “angustia” y que posiblemente había sido “secuestrado”. A pesar de los esfuerzos de Jay por fingir que consumía las sustancias que le ofrecieron, los hombres supuestamente lograron drogarlo.
“Después de eso, perdí completamente la cordura”, afirmó Jay (traducido del coreano). Cuando recuperó la conciencia, pudo enviar su ubicación a su amigo. Finalmente, los secuestradores se dieron cuenta de los mensajes de Jay y, después de 30 horas de cautiverio, lo abandonaron al costado de la carretera”.
Tras recibir la notificación de Jay, la policía logró atrapar a los autores del secuestro. Aunque inicialmente negaron cualquier implicación, los hombres acabaron confesando durante los interrogatorios debido a los presuntos malos tratos por parte de la policía.
“Jay recordó que [la policía] hizo un gran esfuerzo para dañar físicamente a los tres individuos [los secuestradores] en mi presencia. Los perpetradores, frente a mí, comenzaron a llorar y se disculparon repetidamente por sus acciones”.
Hay personas buenas y malas.
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